28 ene 2007

Mensaje equivocado en el celular - Un amor que no llegó a ser

El celular sonó en el momento que revisaba mi correo electrónico. Fue el año pasado, yo vivo en Río Gallegos, provincia de Chubut me dijo una vez un porteño.

El mensaje de texto decía: “Te estoy esperando afuera, salí”.

Mi agenda de contacto aún continua igual que cuando compré el aparato, es decir, las veces que recibo mensajes de texto no sé a quien pertenece. Pero aquella tarde alguien me esperaba afuera, pensé que era un amigo, primero miré por la ventana pero no encontré a nadie, acto seguido, salí afuera, y nada. Volví a mi cuarto a mirar el número… no me resultó familiar, le contesté: ¿Afuera? ¿Quién escribe? Al rato recibo un mensaje: “Discúlpame, jeje…me confundí”. Suele suceder, pensé, hay millones de celulares en el mundo. Le envié un mensaje…

De dónde sos.

De Río Gallegos me contestó.

Hasta el momento no sabía si esta persona era hombre o mujer. Si era hombre el diálogo se iba a cortar rápido. Tenía curiosidad y le escribí…

¿Cómo te llamas?

Pelu.

Bien…Pelu me sonó a un oso de peluche, a un perro, a un travesti; incluso a un extraterrestre. Jamás conocí a una persona con el apodo “Pelu”. No había manera de asociar el seudónimo con alguna una mujer, o con algún hombre.

¿Hombre o mujer? le pregunté con cierto aire policial.

Mujer, tengo 23 años. Vos quien sos, cómo te llamas.

Fernando, tengo 25. Cómo te confundiste pregunté.

Pensé que era el número de mi hermana, sólo le pifié a un número.

Trabajas, estudias, qué haces insistí.

Trabajo, ¿y vos?

Estudio comunicación social.

Ahh… yo estudiaba la misma carrera, pero dejé en el 2004.

Yo ingresé en el 2005. Pensé que se trataba de una broma. Con mucho esfuerzo y en cámara lenta le escribí…

Qué casualidad.

Siii… ¡qué loco! escribió Pelu.

¿Hoy salís? pregunté

Me voy a un recital.

¿Qué grupos te gustan? le escribí

Ramones, Attaque 77 y muchos más. Me gusta el rock aclaró

Ella nombró dos bandas favoritas, dos grupos que me gustan, con mayor razón volví a pensar: “Es una joda, alguien me está cagando, seguro que es un amigo

Yo escucho esas bandas, qué casualidad le escribí.

¡Qué loco! jaja. Bueno te dejo, porque tengo que salir, ya tengo tu número. Después te escribo.

Bueno…, espero que no te confundas de número, el mío ya lo tenés bromeé.

jaja ok nos vemos.

Al día siguiente sonó el teléfono. Fue a la mañana, no lo escuché pero después me enteré de su mensaje, le contesté a la tarde.

Cómo estás, no te contesté porque no escuché el celular.

Ahh todo bien, yo salí a caminar por el centro. Ahora estoy en la ría me dijo.

Ah mira vos.

Sí, siempre salgo a caminar porque el médico me recomendó.

¡¿Qué tenés?!

Nada grave, un problema en los huesos.

ok, te dejo caminar tranquila.

Después te escribo me dijo.

Dale.

El teléfono lo tenía hace tres semanas y todavía no me acostumbraba a los mensajes de texto, tardaba una eternidad en enviar dos palabras. En casa ya había experimentado casos similares. Recuerdo que algunas personas confundían mi número de teléfono-fijo con el de una radio, cansado de la misma respuesta decidí jugar el papel de telefonista, operador y locutor.

Buenas tardes. Usted se ha comunicado con la radio, ¿quiere pedir algún tema en especial?

Sí, una canción de Enrique Iglesias.

Algún tema en particular.

Cualquiera, y se lo quiero dedicar a mi novio.

¿Cómo se llama?

Maximiliano.

Ya anoté todo, después de la tanda largo el tema.

¡Muy buena la radio!, saludos a todos.

Bueno, gracias por comunicarse.

A todos los que llamaban le respondía de esa manera, luego de un tiempo, el teléfono siguió su ritmo normal. Nadie más volvió a llamar a la radio, es decir, a mi casa. ¿Cuál radio?

Pelu me consumió el pulgar y un par de tarjetas de celular. La charla siguió por Messenger. Ahí, la comunicación fue un poco más fluida; atrás dejamos esos caracteres tipo telegrama. Con Pelu charlé un par de veces a través de Internet, después me aburrió, le perdí interés, y creo que a ella también le pasó lo mismo que a mí. Por ahí la veo conectada, intercambio algunas palabras y algunos iconos, pero todo surgió de una confusión: una confusión tecnológica. Como aquellas personas que llamaban a casa y confundían mi número con el de una radio.

El 24 de diciembre de 2006 recibí un mensaje de texto…

che, pasa a comprar pan, te esperamos”, miré el número con atención, observé la agenda de contacto y nadie tenía aquel número, ni siquiera pelu, vaya a saber uno quien habrá sido. Le contesté y le advertí…

“Vayan por el Don Perignon que dejé reservado, ya lo pagué”.

Hacia dónde salió esa persona, no sé. Por las dudas tengo dos copas si es que alguna dama llega con un Don Perignon.

Fernando (Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estimado fernando:
muy fantasma tu historia, poco creible, y no entiendo quien es de rio gallegos ella o vos????. por que te contradecis en tus dichos.
escribite una como la de pasion de gavilanes para la proxima.

sin mas que decir
ATTE rio gallegos

Anónimo dijo...

Juan Carlos B - yo lo creo a mi me paso y conoci una chica hermosa con la cual todavia estoy

Unknown dijo...

A mi me paso con un travesti lo confundí con una mujer tenía senos grandes cara femenina y un cuerpaso pero vi algo raro y su voz y no hable mas